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EL NIÑO QUE NACIÓ CON UN BAR BAJO EL BRAZO
Corría el año 1954, España estaba sumida en una profunda depresión económica. Isabel y Paco, los padres de Ildefonso, Alfonso para muchos y actual propietario del Bar El Estrecho, decidieron abrir una puerta de su vivienda a la calle en el Casco Antiguo de Marbella y transformarla en barra de bar para ofrecer lo que mejor sabían hacer: cocinar. La madre de Ildefonso decía que con una puerta a la calle, por poco que vendiera algo aportabas a la economía familiar.
A pesar de su estrechez (apenas cabían una decena de personas), el bar funcionaba tan bien que decidieron ampliarlo cogiendo el patio y haciendo más grande la cocina. De ahí viene el nombre del local, que no solo hace referencia a la estrecha calle de San Lázaro sino también a las dimensiones del establecimiento en sus orígenes. Fue el primer bar de la calle San Lázaro. Ahora está repleto.
En 1957, en la Plaza de la Victoria, vecina al local, instalaron el Mercado Municipal, dándole más vida a la zona y a todo el Casco Antiguo en general.
Recuerda Ildefonso el bar siempre lleno de gente comiendo muy bien y a su madre guisando de lujo. De ella aprendió a cocinar y el bar fue su gran escuela. El éxito del local solo ha tenido un único secreto: la buena cocina.
Cómo dice Alfonso: “¡Yo nací con un bar bajo el brazo!”.
EL ESTRECHO AHORA: FIELES A NUESTRA ESENCIA
El Estrecho se ha consolidado como uno de los últimos restaurantes del Casco Antiguo de Marbella en mantener viva la auténtica cocina tradicional andaluza. Nuestro compromiso con la calidad comienza en el origen: seleccionamos productos frescos, locales y de temporada, cuidando cada detalle para ofrecer platos llenos de sabor y autenticidad.
En nuestra carta encontrarás una cuidada selección de raciones y tapas clásicas: fritura de pescado, ensaladas de pulpo, malagueña o de pimientos asados, la reconocida ensaladilla rusa, langostinos al pil pil, salmorejo, boquerones en vinagre, croquetas caseras, carne mechada, carrillada, jamón ibérico, patatas bravas… y mucho más.
Pero si algo distingue a El Estrecho es la fidelidad a nuestras raíces. Cada día servimos un plato de cuchara diferente, una de nuestras tradiciones más queridas. Pucheros, malcocinao, lentejas, judías, garbanzos de Cuaresma o papas marengas forman parte de un menú que honra la cocina de siempre.
Hoy, más de seis décadas después, El Estrecho sigue siendo un referente en Marbella, tanto para quienes viven aquí como para quienes nos visitan. Nuestra historia, nuestro sabor y nuestra forma de entender la cocina se mantienen intactos, como el primer día.
